Últimamente he tenido lo que llamaremos "suerte social".
De haber tenido apenas apariencias de vida, escondidos por el trabajo y la propia desidia... pues puse nombres nuevos en la agenda del teléfono, salí más veces en dos semanas de lo que hice en los últimos seis meses, me tomé una cantidad decente de tragos, conocí -y reencontré- gente, conversé sobre las cosas que me gustan, discutí deliciosamente un par de veces, me quedé sin un céntimo, casi mendigué un taxi, comí papas fritas mirando una película -buenísimas, ambas- y la pasé todo el tiempo de puta madre.
Extraño a mis amigos queridos, a los que me han acompañado toda la vida. Pero este nuevo círculo, que de una u otra se abre, entre novedades y regresos, me da un buen aire para esta nueva parte del año. Definitivamente espero que sea mejor que la anterior.
¡Más conversas, más ganas de pasarla bien, que vendrán las aventuras tras ellas!
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