abril 27, 2011

ESTOY ENAMORADO...

Estoy enamorado de una mujer de zapatitos rojos.
Una mujer que no tiene miedos. Que no teme a mi pasado, aunque no sea perfecto, aunque tenga arrugas, aunque se haya salido de curso un par de veces.
Me quiere con todo y canas, tal vez con ellas y todo, y me pide letras y cartas y amor en lugar de anillos, coches y rentas.

Estoy prendado de una chica de grandes ojos, que por teléfono me dice corazón.
Y cuando es de día me escribe Maltesito.
Y cada vez más pone "amor" en sus mensajes.

Estoy enamorado de una mujer que me dijo que si con las manos, sin pronunciar una palabra.
Poniéndolas sobre mis ojos. Dejándome tomar una para besarla, o para ayudarla a bajar de un coche.
Se coge de mi brazo fuerte en el cine. Me dice que me quiere porque soy lo máximo, y en verdad sabe que apenas soy un mal poeta que juega a la epístola con su amada.
Muy amada.

Estoy transitando una vereda nueva, con un corazón generoso y limpio a mi lado.
Estoy acompañado, por la chica más linda del mundo. Por la dueña de mis pensamientos, a veces desordenados, a veces tontos, pero siempre suyos.

Estoy enamorado.
Pensé que era algo que no iba a pasar de nuevo, que iba a dejar de querer. Que no valía la pena correr el riesgo y que de una u otra manera, el tiempo del romance, las flores y las cartas había terminado.
Hubiera renunciado con gusto a la mitad de mi vida hace un tiempo... pero ahora no puedo hacerlo.

He encontrado quien la quiera -a esta vida mía- para la suya.
¡Felicitenme! Estoy enamorado...

abril 06, 2011

DE PRONTO... CIERTA CALMA

He descubierto muchas cosas en estas semanas.
He encontrado una manera diferente de querer, como si fuera fácil encontrarla, que no lo es.
He hallado un camino, una persona, una mano, una idea igual a la mía.
¿He encontrado la paciencia? La busco en mis bolsillos cada veinticuatro horas.
A veces es más complicado de lo que parece. Sobre todo cuando de alguna manera sientes que pruebas un poquito de un manjar que sabes dulcísimo, lleno de las cosas que más esperas: de sorpresas, y palabras felices, y sonrisas sin límite. 

Creo que es un poco eso, esto de querer. ¿Tú crees, zapatitos rojos?
¿Querer incluye un pasaje para dos a donde nadie más que ambos puedan decir con fe que las sonrisas tontas no se terminan nunca?

Tal vez, la próxima vez que tome tu mano, va a ser muy difícil soltarla.