¿Qué puede pasarte si descubres que aunque lo crees, no estás solo?
Anoche me enteré que tengo una mano que tomar al final de este tiempo. Que alguien ha visto -y ve- las cosas con ojos muy parecidos a los míos. Que existe quien imagina para su vida una tonta película romántica.
Exactamente igual que yo.
Hay alguien que piensa que vale la pena hacer cosas por amor. Que piensa en detalles pequeñitos, historias compartidas, silencios que dicen muchas cosas.
Es complicado -molesto- andar por el mundo pensando que se está solo. De pronto, encuentras a quien te da esperanzas de nuevo, que quiere tomar tiempo, y que de pasadita va dejando, a veces sin querer, razones para pensar con más firmeza en un "si", para dejar atrás los "tal vez".
No debería uno sorprenderse de lo que espera. Y yo esperaba encontrarme con alguien que no sólo me dejara pensando en las noches, en los días o en las tazas de café. Soñaba con alguien que me quitara el aliento, a quien pudiera y quisiera y muriera por abrir las puertas, jalar las sillas, secar las lágrimas y reír las risas.
Ya no te esperaba, chica de zapatitos rojos. Solamente empezaste a llegar, y me enseñaste que vale la pena el tiempo cuando lo que viene puede ser tan bueno...
Que es cierto cuando te dicen que simplemente aparecerá.
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